miércoles, 14 de marzo de 2012

Impersonal e Intransferible


Noto una sensación cálida en mis pies, siento que el tiempo a cambiado, al igual que cambia las personas de parecer, rápido, impersonal, intransferible e irreversible, todo sigue su curso hasta completar el circulo. siento el contundente viento que trae olores del pasado, nostalgias ya muertas, viejas glorias ya fallecidas y costumbres de las que me desarraigué.
A veces pienso en el trayecto tan largo que me ha traído hasta aquí, a este preciso instante, en el cual, gozo plenamente de una tranquilidad y de una felicidad, que me hace estar entero y capaz a todas horas.
No menciono a nadie, solo a mi, hoy pretendo ser un egoísta, solo pretendo hablar de mi mismo, hablar de mi ser, de mi alma cautiva en este saco de huesos, ahora completo y orgulloso de haber resuelto todos los obstáculos de la forma correcta y eficaz.

Siento el sol en la cara, y cierro los ojos, el atardecer me regala su calidez, siento la presencia de mi antiguo yo, mirándome desde un lateral, deseando recuperar sus deseos de venganza y odio, pero que ya no recuperará, ya que la madurez me ha echo ver que ya no es necesario esos caminos en mi mundo interno. No trato de recordarme, no necesito terapia constante como un enfermo mental o alguien confuso que no sabe donde poner en su cabeza ciertos recuerdos y sensaciones, la cuestión es saber decirme realmente que hay que cosas que no volverán, ya que a estas alturas de la película, se que es lo que me hace bien y lo que no.

Ojala pudiera hacer ver a algunos que cambié, aunque ya se que no es necesario, se que no debo demostrar a nadie nada, pero siento que muchas veces no se me tomó en serio o se me atacó, pero eso queda en el recuerdo, y ya es parte sobrante de mi vida. Ya no trato de resolver códigos ocultos, ni sentimientos enterrados, no trato de volver sobre mis pasos a reconocer mis errores para que me perdonen otros seres humanos cercanos, solo sigo andando, sobre mis pies descalzos, sobre brillante campo verde, a la espera de solventar todo lo que se me interponga en mi camino.

Abro los ojos, estoy preparado, el sol desaparece tras el monte, pero mi llama interior sigue encendida, voy a por todas, cueste lo que me cueste, a disfrutar de mi vida como antes no hice, a reír como nunca hice, a llorar de alegría y a progresar como persona. Me siento orgulloso de la fatalidad de la vida, ya que enseña más que quita, enseña unas lecciones que atesoro con celo, y me ayudan a ver la vida desde mi perspectiva, la única que tengo, la que nunca cambie, la que siempre perfeccionaré.
 Vuelvo al pueblo donde me esperan mis historias mundanas y corrientes, donde no hay cabida para estos pensamientos, donde el pensamiento de la autoconciencia de mi propio ser, se ve eclipsada por movidas ajenas, por corrientes sociales. Hasta la próxima viejo amigo...

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